En vista del creciente uso de modelos de IA, chatbots y todo tipo de IA generativa, la Comisión Europea ha creado la Ley de Inteligencia Artificial de la UE: la primera regulación integral de IA para ordenar el desarrollo y el uso de la Inteligencia Artificial en la Unión Europea. Esta ley, que entró en vigor en agosto del 2024, se ha puesto en marcha de forma gradual, y la mayoría de sus obligaciones se aplicarán a partir del 2026. Revisamos su contenido más importante.
CONTENIDOS
Los puntos fuertes de la Ley de Inteligencia Artificial de la UE
Los puntos débiles de la Ley de Inteligencia Artificial de la UE
¿Es buena la Ley de Inteligencia Artificial de la UE para la competencia mundial?
La Ley de Inteligencia Artificial de la UE adopta un enfoque general y está cuidadosamente diseñada en casi 100 artículos. Al igual que el RGPD (Reglamento General de Protección de Datos), que entró en vigor en España en el 2018, la nueva Ley de IA tiene un alcance extremadamente amplio. Su objetivo es regular el tratamiento de los datos personales mediante medios parcial o exclusivamente automatizados, incluidos todos los sistemas de IA.
Esta ley, oficialmente conocida como Reglamento (UE) 2024/1689, pretende garantizar sistemas seguros, éticos y fiables. Pionera a nivel mundial, diferencia los sistemas según su nivel de riesgo y aplica requisitos específicos a aquellos que considera de alto riesgo.
Los puntos fuertes de la Ley de Inteligencia Artificial de la UE
En primer lugar, aunque todavía no están todos los datos sobre la mesa, es probable que la regulación de la Ley Europea de IA se aplique principalmente a proveedores e implementadores de sistemas de IA. También se ha confirmado ya que la ley no se aplicará a los sistemas utilizados exclusivamente con fines militares, de defensa, innovación o investigación.
En segundo lugar, el enfoque basado en el riesgo que ha adoptado la UE, clasifica los sistemas de IA en 4 categorías: riesgo inaceptable, alto riesgo, riesgo limitado y mínimo/sin riesgo. Entonces, la ley se ha centrado en los sistemas de IA de alto riesgo. Los sistemas que representan un riesgo inaceptable serán prohibidos. En esta categoría se incluyen los sistemas de categorización biométrica que utilizan características sensibles, como por ejemplo creencias políticas, religiosas, filosóficas, orientación sexual o raza. También el reconocimiento de emociones en el lugar de trabajo y en instituciones educativas, la puntuación social basada en el comportamiento o en características personales y ciertas aplicaciones de vigilancia policial predictiva, entre otros.
Otra de las más importantes garantías que acompañan a la nueva ley, se refiere a los chatbots y los sistemas que generan “deep fakes”, que estarán sujetos a obligaciones de transparencia. Esto incluye informar a los usuarios de que se está interactuando con IA y etiquetar contenido de audio, video, texto e imágenes generadas o manipuladas artificialmente. También estarán prohibidos los sistemas para expandir o crear bases de datos faciales, imágenes que hayan sido captadas de manera indiscriminada a través de internet o de grabaciones audiovisuales.
Los puntos débiles de la Ley de Inteligencia Artificial de la UE
Sin embargo, existen voces críticas con esta ley. Por ejemplo, la Asociación de la industria de la Computación y las Comunicaciones (CCIA Europa), destaca que el texto prioriza la regulación excesiva sobre la innovación. Señalan que ciertos sistemas de Inteligencia Artificial de bajo riesgo, estarán ahora sujetos a requisitos estrictos, sin que exista una justificación adecuada, mientras que otros serán completamente prohibidos. Esto podría dar lugar a una migración de empresas y de talento fuera de Europa, que buscará oportunidades para desarrollarse en otros países del mundo.
Al final, la Ley Europea de IA trata de establecer un equilibrio entre la promoción de la innovación en IA y la protección de los derechos y libertades de los ciudadanos, creando el marco legal que permita el desarrollo responsable y ético de la tecnología en Europa.
La Unión Europea ha sido uno de los organismos internacionales más pioneros en temas de innovación normativa. De hecho, no es la primera vez que Europa se coloca al frente del resto de agentes implicados en la economía mundial por estar a la vanguardia regulatoria. En otras ocasiones, la UE ha realizado regulaciones vanguardistas como la Ley de Mercados Digitales, la Ley de Restauración de la Naturaleza o la del Bienestar Animal. En el caso de la IA no ha sido distinto, pues ha sido consciente de que la Inteligencia Artificial va a ser uno de los actores principales en la competencia mundial y por eso, decidió tomar cartas en el asunto.
Aunque la Unión Europea ha dado un gran paso normativo al pactar la primera ley del mundo sobre cómo pueden utilizar las empresas y los organismos la IA, también hay que considerar que estos textos no son definitivos, pues como destacaron algunos de los implicados en el acuerdo, hasta ahora todo es provisional, pues al texto le queda un largo camino administrativo por delante.
¿Es buena la Ley de Inteligencia Artificial de la UE para la competencia mundial?
Las dos principales potencias del mundo, Estados Unidos, con más de 500.000 empresas tecnológicas en su tejido económico, y China, han comenzado también a tomar cartas en el asunto tecnológico de la IA.
Estados Unidos ya firmó hace unos meses una amplia orden ejecutiva sobre inteligencia artificial y lo más destacable de esta, es que los principales desarrolladores de IA deberán compartir los resultados de sus pruebas de seguridad y otras informaciones con el gobierno.
En el caso de China, el país asiático también ha publicado una orden con “medidas provisionales” para gestionar la Inteligencia Artificial generativa (sistemas como ChatGPT) que solo se aplicará a los modelos de IA que estén disponibles para todo el público. También en el continente asiático, Japón ha desarrollado un borrador que tiene la intención de aplicar una regulación que promueva el uso de la IA para su desarrollo en el país, incluyendo los problemas de copyright y la protección de datos personales.
Así, conociendo las características principales del resto de normativas desarrolladas por otros países, queda preguntarnos: “¿La ley de Inteligencia Artificial de la UE supone una desventaja o una ventaja para el continente?” Esta cuestión no deja de ser una manifestación más de uno de los debates más antiguos de la era de internet, innovación frente a la regulación. Hemos de recordar que la ambición de esta ley europea sobre IA, no es ser una ley más sobre tecnología, como se ha hecho en otros países, sino la de establecer un marco legal completo. De esta manera, estar a la vanguardia de la innovación regulativa, supone un esfuerzo extra para el continente, pero también una oportunidad para adaptarse antes que los demás a la futura realidad global, que no será efectiva hasta finales del 2026, cuando se dé la entrada en vigor completa de esta ley.