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Parece que nos acercamos al principio del fin para el dinero físico. El Banco Central Europeo (BCE) lleva tiempo preparándonos para la creación del euro digital, una divisa que teóricamente tiene la intención de complementar al efectivo, no a remplazarlo, pero ¿Será así? En el post de hoy analizaremos este polémico proyecto del Banco Central Europeo, el euro digital, que puede ser transcendental para la economía de todos los habitantes de la eurozona.

CONTENIDOS

Estado actual del proyecto del euro digital

Cómo funcionará el euro digital

Las dificultades que puede traer el euro digital

La lucha contra las criptomonedas libres

¿Se podrá pagar siempre en el futuro con euros digitales?

El euro digital es el proyecto del Banco Central Europeo (BCE) que quiere conseguir, en unos pocos años, poder emitir su propia moneda digital. Se trataría de crear una CDBC, (CDBC- significa en inglés moneda digital de los bancos centrales), que en la práctica sería el equivalente, en electrónico, del dinero actual en efectivo. Y aunque por el momento, las altas instancias del BCE y bancos aseguran que el euro digital no remplazará en ningún caso al euro físico, un gran número de analistas económicos europeos desconfían de las buenas intenciones que nos proponen, asegurando que, más pronto que tarde, el BCE terminará logrando que el dinero en efectivo desaparezca totalmente en Europa.

Estado actual del proyecto del euro digital

En lo que se refiere al estado actual del proyecto, hay que saber que en el pasado mes de octubre el Banco Central Europeo dio por cerrada la fase de investigación, iniciando después, en el mes de noviembre, el llamado proceso de preparación, que es el que está actualmente vigente. En esta nueva fase, el proyecto se centrará en el desarrollo de servicios integrados y en pruebas reales con el euro digital. Según ha anunciado el BCE, la fase actual se prolongará durante 2 años más, esperando que todo esté listo para el año 2026.

euro digital nueva moneda

Cómo funcionará el euro digital

Según el BCE, la necesidad de un euro digital responde al incremento actual de pagos digitales por parte de los consumidores y también a la necesidad de que estos pagos sean tan seguros, fiables y fáciles de usar como el dinero en efectivo.

Tal y como se ha anunciado, el euro digital será una moneda de curso legal que se distribuirá a través de un canal digital. Esto implica que su almacenamiento se realizará a través de una billetera digital (o e-wallet) con la que todos los ciudadanos y empresas de la zona euro, podrán efectuar pagos. Al tratarse de una moneda legal, el dinero que los ciudadanos posean en euros digitales, será equiparable al efectivo del que dispongan en monedas y billetes físicos.

Aunque el BCE está todavía trabajando en el diseño y las funcionalidades del euro digital, ya ha indicado cómo podría usarse esta divisa. La moneda estará disponible a través de una app, bien sea en la aplicación para móvil de nuestro banco o entidad de pago, o bien mediante una aplicación específica para el euro digital creada por el BCE. Por otro lado, quienes carezcan de una cuenta bancaria o de un dispositivo digital también podrán acceder a los euros digitales. En este caso, lo harán utilizando una tarjeta física que será ofrecida por los organismos públicos.

Las dificultades que puede traer el euro digital

¿Dónde se encuentran los problemas con el euro digital según muchos expertos en economía? Pues, principalmente, en el hecho de que digitalizar el dinero otorga a quien lo hace muchísimo más poder del que nos podemos imaginar. El dinero digital puede ser completamente trazable, también programable, lo que posibilitaría en el futuro, entre otras cosas, que se pueda crear un dinero que expire o caduque en una determinada fecha, justificándose en que se necesita, por ejemplo, reactivar la economía si la autoridad central lo considera adecuado.

La garantía de privacidad está ahí porque se ha revelado como la mayor preocupación de los ciudadanos europeos, pero, ¿Quién nos garantiza que se mantendrá en el futuro? El proceso de digitalización del dinero es irreversible, pues una vez implantado, no tiene marcha atrás y pueden obligarnos a usarlo de muchas maneras. Se trata, pues, de una cuestión muy seria, dado que, si desapareciera el efectivo, todo el poder del dinero quedaría en manos del Banco Central Europeo y este podría controlar a los ciudadanos y tratar de restringir sus libertades.

Básicamente, la moneda digital de los bancos centrales, la CBDC, como es el euro digital, tiene todas las objeciones que se derivan de este tipo de monedas. Pues si la evolución natural y la lógica del dinero tienden a reducir el papel de control de los bancos centrales y de los estados, el euro digital va directamente en sentido contrario, apuntando a una máxima centralización y control. Y para quien dude, tenemos la experiencia de China, que ha sido el primer país que ha lanzado seriamente una CBDC.  Desde el 2020, paga los salarios de los empleados públicos en e-yuan y como hemos visto el enorme incremento de control que esto ha dado a su gobierno sobre las transacciones económicas.

euro digital en transacciones movil

La lucha contra las criptomonedas libres

En la práctica, CBDC o las monedas digitales de los bancos centrales son en realidad el intento de los bancos centrales para evitar el desarrollo de lo que verdaderamente apunta ser el dinero del futuro: las criptomonedas. De hecho, algunos países, como Rusia o China, acompañan el lanzamiento de sus CBDC con la prohibición de las criptomonedas. Con las CBDC, los bancos centrales están tratando de mantener su control sobre el dinero, previendo un escenario que se aproxima rápidamente, en el que ese control pueda terminar correspondiendo solo a un algoritmo, como en el caso del bitcoin.

¿Se podrá pagar siempre en el futuro con euros digitales?

Aunque el uso del euro digital se realice a través de una aplicación, también se ha contemplado pagar con euros digitales aunque no haya conexión a la red. Esto garantiza que pueda utilizarse en cualquier circunstancia, por ejemplo, cuando se produce una caída de la red o en zonas geográficas sin conectividad. Los ciudadanos de la zona euro lo podrán utilizar en cualquier país miembro de la zona monetaria común. Todos los comercios de la zona euro que acepten pagos digitales tendrán obligación de aceptar los pagos en euros digitales.

Otra cuestión que se desconoce es el límite máximo de euros digitales que los ciudadanos podrán tener en sus aplicaciones. No dispondrán de ilimitados euros digitales, sino que habrá un límite a su tenencia. Esto es debido a que se quiere priorizar su uso como medio de pago en comercios minoristas. El euro digital no se convertirá en una reserva de valor. Al haber una cantidad máxima per cápita, la idea es que el euro digital quede para pagos diarios o pequeños. El ahorro o las grandes adquisiciones seguirá estando en manos de los bancos, esas transacciones se apoyarán en el euro tradicional.

También será necesario que los usuarios se identifiquen a sí mismos cuando accedan por primera vez a los servicios del euro digital. El BCE añade que se podrán añadir medidas como separar los datos de pago de la identidad.  Solo las unidades de “inteligencia financiera” podrán obtener esa información dentro de un marco legal bien definido, permitiendo identificar al pagador y al receptor cuando se sospeche de alguna actividad criminal.

Al final, creemos que los interrogantes que el euro digital está provocando se irán despejando poco a poco. Y, como apunta el BCE, la emisión final del euro digital sigue estando todavía distante en el tiempo.

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